15 de septiembre de 2009

“Los Niños del Llullaillaco son un desafío para la humanidad”. Entrevista a Katia Gibaja.

Publicado el 31 de Agosto de 2009. Diario El Tribuno.
Por María Fernanda Abad. >> Ver artículo original 

Entrevista a Katia Gibaja, presidenta de la Academia de Quechua Qollasuyo Salta.
Los Niños del Llullaillaco son un desafío para la humanidad

El domingo 23 de agosto se estrenó a nivel mundial, con gran despliegue mediático, el documental “Niños momia sacrificados en Salta”, de la National Geographic Television.


Muchos salteños se sentaron frente a la TV para ver de qué manera realizadores norteamericanos reconstruían una historia protagonizada por antepasados de las comunidades originarias que todavía habitan suelo americano.

El filme alterna comentarios de investigadores con la ficcionalización del viaje de 1.500 kilómetros de distancia que los tres niños realizaron desde Cuzco (Perú) hasta la cima del volcán Llullaillaco. En una secuencia, la antropóloga forense Angelique Corthals sostiene:“Hablamos aquí de un niño que fue muerto violentamente”, en referencia a la más pequeña de las “mallkis”.

Científicos locales ya dieron su opinión acerca del documental, pero, ¿cómo lo vieron los miembros de la comunidad andina en Salta?

Para Katia Gibaja, presidenta de la Academia de Quechua Qollasuyo Salta y coordinadora de Acción Cultural del MAAM, el caleidoscopio con el que la cultura occidental miró siempre a las antiguas civilizaciones de América no ha cambiado demasiado. Una prueba está en el hecho de que el documental hable de “momias”y de “sacrificio”.

¿Existen errores históricos en el documental de la Nat Geo?

Desgraciadamente, el amerindio creado en el imaginario europeo de los siglos XV y XVI persiste hoy en día, a pesar de los métodos científicos creados en el siglo XIX. Como diría el doctor Peter Hassler, investigador de la Universidad de Zurich y autor del libro

“Sacrificios humanos, ¿realidad o fantasía?”, no sólo es escandaloso sino totalmente inaceptable que hoy se sigan utilizando como fuentes históricas una serie de documentos inquisitoriales, crónicas de indias occidentales, documentos de evangelización escritos por invasores europeos y por amerindios y mestizos cristianizados.

El documental de la Nat Geo está hecho con una mirada grecolatina y románica, siguiendo tan sólo el tema forense.

¿Cree que el tema de la alteridad ha sido un filtro a la hora de interpretar los hechos?

Sí, porque se analiza todo desde un pensamiento lineal, sin tomar en cuenta la ciclicidad del paradigma andino. También es errada la interpretación de los sacrificios humanos y de las muertes ofrecidas a los dioses. Debemos pensar que, en ese momento, las culturas americanas enfrentaban la llegada de los españoles, que arrasaron con pueblos indefensos, que intentaron desarrollar el tema de la conservación para salvar a sus hijos. Al depositarlos en lugares como el Llullaillaco intentaron preservar sus vidas. Los niños llegaron a este siglo, pero como ya casi nadie habla en Salta el quechua, no podemos comprender el mensaje.

¿Cuál fue el mensaje del ritual que se realizó en el Llullaillaco?

El ritual de Qhapaq Qhocha tiene un significado muy diferente al que le dieron la mayoría de los que escribieron sobre este tema sin conocer el idioma. “Qhapaq” significa rico, poder, fuerza; “Qhocha” es agua en grandes cantidades. Una traducción sería: “Es la fuerza, el poder y la riqueza del agua para poder conservar la vida”.
Es lo que ocurrió en las altas montañas, donde la conjunción de nieves eternas, humedad, baja temperatura y nitrógeno permitió la conservación de estos niños. Está constatado científicamente que sus células están intactas. No hay signos de violencia en los cuerpos, esto está comprobado por tomografías computadas y resonancias magnéticas. Los niños llegaron al siglo XXI en perfecto estado de gelación y no de congelamiento. Gelación es crioconservación (“katakushianmi”, en quechua) o conservación en frío.

En el documental se repiten palabras que para nosotros tienen una carga negativa, como “drogar”, “sacrificar”... ¿Cómo lo ve?

Investigadores de mucho prestigio han echado por tierra las versiones de los cronistas. Es el caso del doctor Hassler, de la Universidad de Zurich, quien en su tesis doctoral ha analizado dichas fuentes con claridad científica, comprobando que constituyen una de las más grandes falsificaciones que se han fraguado en los últimos 500 años. El demuestra que los sacrificios humanos en los pueblos indígenas de América son una mentira histórica de los españoles para justificar el asesinato de miles de nativos. Esta incapacidad de comprender otra cultura se nota cuando hablan de la hoja de coca, como una droga, cuando sabemos que es una planta milenaria que nutre, cura y acompaña.

La cultura occidental no comprende entonces la noción de vida y muerte de los incas.

Poco a poco se acerca a esa comprensión, pero para que sea definitiva debe renunciar a la separación entre ciencia y espiritualidad. Nuestros antepasados amerindios alcanzaron niveles elevadísimos de progreso científico, evidentemente sin separar ambas cosas.

¿Se sabe fehacientemente la causa de la muerte de los tres niños?

Cuando estos niños fueron encontrados estaban como dormidos, con sus órganos intactos, la sangre coagulada en las venas y los pulmones con el aire inspirado hace más de 500 años. Su estado no coincide con la noción de “expiración” del pensamiento occidental. Estos niños son un desafío para la humanidad, y especialmente para la ciencia médica. Si hablamos de “conservación de vida”, es difícil afirmar la muerte. Pensemos en el Llullaillaco como un gran freezer que guardaba algo sin fecha de vencimiento.

Por nuestras raíces

La licenciada Katia Gibaja se desempeña actualmente como presidenta de la Academia de Quechua Qollasuyo Salta y como coordinadora de Acción Cultural del Museo de Arqueología de Alta Montaña (MAAM).

Nació en Perú, es psicóloga recibida en la Universidad de Buenos Aires y desde hace varios años trabaja en la difusión de las culturas ancestrales de América. El quechua es su lengua materna y ha fundado una academia para la difusión de esta lengua en Salta. Desde hace una década trabaja en la investigación de las culturas originarias.
Con este fin organiza todos los años las Jornadas Precolombinas, cada mes de octubre.

En esta edición, la 2009, el tema de debate será “El sentir de los Niños del Llullaillaco”.

Acerca de qué significan estos niños para la cultura andina, explicó la profesional : “Nuestros abuelos nos expresan que no son momias. En quechua se denominan “mallki”, que significa “ancestro”,“semilla” y “procreación”.
Ancestros, porque son niños y son nuestros tatarabuelos; semillas, porque son semillas de lo humano, y procreación porque sus células están intactas. Son niños mensajeros que nos tienden un puente al pasado y al futuro”.

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