13 de enero de 2010

El LLullaillaco y una ENIGMÁTICA SIMILITUD

Fuente: El Tribuno - 26/07/2007  >> Ver artículo original

La "Niña del Rayo", uno de los chicos encontrados en el volcán, es casi idéntica a una mega escultura preincaica que data de 30.000 años. 

>  La piedra tallada data de hace casi 30 mil años. Forma parte de un conjunto escultórico descubierto en el Perú.
   
>  Es asombroso su parecido con la "mallki" bajada del LLullaillaco. La coincidencia rearma una vieja historia.


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"Existen la casualidad y la causalidad, y puedo asegurar que no hay azar en esto", señala Katia Gibaja mientras despliega sobre la mesa dos libros con dos imágenes casi idénticas. Se trata, por un lado, de una fotografía de la "Niña del Rayo", una de las mallkis (ancestros) descubiertas, en estados de gelación, en las alturas del volcán LLullaillaco. Del otro lado está la foto del Monumento a la Humanidad, una escultura gigante hecha de piedra en la meseta de Markawasi, a 4.000 metros de altura, en Perú. Dos rostros separados por miles y miles de años, pero que sin embargo tienen demasiado en común. "Hasta el pliegue del pullu -mantilla- que lleva la niña es igual. La similitud del perfil también es asombrosa", expresa Gibaja.

La investigadora -peruana de nacimiento y quechua hablante- es presidenta de la Fundación Ecos de la Patria Grande y de la Academia de Quechua Qollasuyo Salta. Lleva años buceando en las profundidades de la cultura andina. En esta oprtunidad, trabajando con su esposo Rubén Gallegos, arribó a la conclusión de que "los Niños del LLullaillaco tienen una fuerte vinculación con culturas milenarias".

Los tres niños bajados en 1999 de su gélida morada, ubicada a 6.700 metros de altura, provenían del Cuzco y pertenecían al pueblo inca. Uno de ellos, la "Niña del Rayo", fué bautizada con ese nombre porque una descarga eléctrica le quemó parte del rostro.

La figura de granito de 25 metros, en Markawasi, forma parte de un conjunto escultórico cuyo origen todavía está en discusión. Algunos investigadores pragmáticos afirman que son producto de la erosión del viento. Otros, que se animan a desafiar ciertas rigideces del paradigma científico, afirman que son esculturas talladas por la cultura "Masma", hace más de 30.000 años: un pueblo prehistórico que representa uno de los mayores enigmas arqueológicos del mundo.

Rubén Gallegos aclara que esta cultura está rodeada de cierto halo místico porque la ciencia no ha podido encontrar demasiadas pruebas tangibles de su existencia debido a su lejanía en el tiempo. "Pero queda rastros en la terminología, porque los idiomas vienen de épocas remotas", advierte por su parte Gibaja. Quienes manejan el quechua, por ejemplo, tienen un instrumento valioso a la hora de establecer relaciones.

Rastros de gigantes

"Muchos traducen 'markawasi' como 'casa de altos', pero en realidad hace referencia a casas de individuos de gran estatura", explica Gibaja.

Justamente, las investigaciones basadas en la cultura Masma describen a sus miembros como seres muy altos, rubios y barbados. "Incluso los incas hablaban de estos gigantes. La palabra wamanis, en quechua, nombra a estos seres inmensos, de cabello y barba clara, que custodiaban las montañas", presisa Gibaja. "Nosotros entregamos este dato para que otros investigadores lo tomen o lo dejen. Lo que creemos es que a partir de muchos de los descubrimientos alcanzados en los últimos años, el universo nos está dando alguna respuestas que debemos comenzar a ver", manifiesta por su parte Rubén Gallegos.

El bosque escultórico de Markawasi fué tallado miles de años antes de que surgiera la cultura incaica. Pero los incas también estuvieron ahí: se asentaron en la meseta alrededor de 1.350 D.C., cuando conquistaron a los huancas. Por eso en Markawasi también hay vestigios de altares con mallkis, como el que se encontró en la cima del LLullaillaco, y que dió a Salta el privilegio de ser la depositaria de uno de los mayores tesoros de la humanidad.

Tesoro que pronto saldrá definitivamente a la luz, con la inminente exhibición de los niños en el Museo de Arqueología de Alta Montaña (MAAM). 

ALGUNOS DATOS
Markawasi: meseta ubicada a casi 4.000 metros, en las alturas de Huarochirí, al Este de la ciudad de Lima. Se llega a ella caminando por senderos que bordean los precipicios 
El lugar tiene figuras zoomorfas o antropomorfas entre las que se destacan animales que no pertenecen a América, como elefantes, leones y prehistóricos.

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Doce lagunas con historia

El "Monumento a la Humanidad" es el principal atractivo de Markawasi. Se trata de una roca gigante con varios rostros o perfiles que se perciben dependiendo del ángulo con que se mire, y a diferentes horas del día. En este sentido, sus constructores dejaron pruebas de ser grandes conocedores de las fases del sol.

Además de las rocas talladas existen en el lugar otros aspectos de carácter cultural como ruinas en la parte norte (Huacracocha), un cementerio prehispánico y chullpas funerarias. En los meses de lluvia, un conjunto de doce lagunas adornan el lugar, inclusive el lugar conocido como 2anfiteatro2 que consiste en una explanada rodeada de enormes rocas de tonalidades grises y blancas, donde suelen acampar la mayoría de visitantes.

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