Esta es la síntesis de un artículo publicado en el diario El Tribuno de Salta, Argentina, cuya autora es María Fernanda Abad.
En el encuentro, organizado por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos de Lima y la ONG Comunidad Tawantinsuyo, asistentes de todo el mundo debatieron sobre el uso y la tradición de la hoja de coca, y sobre su valor en el campo de la salud y la nutrición.
Estuvieron presentes personalidades de Ecuador, Colombia, Perú, Bolivia, Chile y varios países de Europa. Si bien en el viejo continente la coca no se cultiva, los delegados europeos llegaron a Lima especialmente interesados en la utilización de esta planta como materia prima de productos asociados a la salud.
La atención extranjera sobre esta nueva alternativa es tan fuerte que, al término del foro en Lima, Viena se ofreció como sede del próximo encuentro internacional sobre la hoja de coca.
"Allí están sumamente interesados en la industrialización de la hoja sagrada", explicó Katia Gibaja. Y añadió: "La planta se proyecta al mundo y es una nueva alternativa para ser tratada desde las políticas de Estado".
La hoja de la coca, consumida en forma natural, no tiene absolutamente nada que ver con la cocaína. Confundir ambas cosas es como confundir la uva con el vino.
"El consumo natural de la coca, ya sea en acullico o a través de los productos que se pueden elaborar con ella, no debe ser considerado un vicio, porque en ningún caso la hoja sagrada genera adicción", afirmó la licenciada Gibaja. Con esta certeza, algunos países de Latinoamérica, como Perú, Bolivia, Colombia y Ecuador, otorgaron permisos especiales para cultivar y procesar la planta, bajo estricto control.
Así, por ejemplo, en Colombia se vende un té llamado Coca sana, que es una bebida esencial, hecha en base a hojas cultivadas en huertas de familias indígenas. "Estas hojas son seleccionadas según el saber ancestral sobre la época lunar más propicia y deshidratadas en forma natural", reza la etiqueta de la caja.
"La hoja de coca, como bebida, tiene grandes propiedades curativas y de prevención. Sirve para la gripe y la osteoporosis, por ejemplo".
Por eso, los países donde la coca es parte de la vida diaria y pilar de tradiciones no dejaron pasar la oportunidad de explotar industrialmente sus beneficios. Así, las opciones para consumir naturalmente la hoja se han diversificado: se produce harina de coca, y con ella se hacen galletas, panes, tortas, caramelos masticables, tamales, humitas, chocolates, helados, paté, turrones, etc.
También se fabrica una bebida, con propiedades energizantes, llamada Coca drink. Otra novedad es la pasta de dientes: la coca evita el problema de las caries. "El sabor es bastante agradable. A la gente que está acostumbrada a coquear le va a gustar".
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